La muñeca viviente

Érase una vez una niña de nueve a la que le encantaban las muñecas, su nombre era Kashomy Müller.

Kashomy era una niña extremadamente dulce y presumida.Muchas tardes cogía sus muñecas las peinaba y luego apresuradamente iba al baño, con su muñeca en la mano, para mirarse en el espejo.

Un día cuando se dirigía al baño para seguir su ritual, se cayó por las escaleras y se partió la pierna. Desde aquella caída apenas salía a la calle.

Entonces una tarde, a la hora de merendar, desesperada le preguntó a su madre:

Mamá,¿puedo irme con Paul?

- No,estás mal.Dijo su madre

-¡Pero si no es nada!

-No me pegues gritos, como sigas así te tendrán que volver a escayolar la pierna. ¡Para tu dormitorio ahora mismo!

Entonces Kashomy subió y de la rabia rompió su nueva y reluciente muñeca que le regaló su tía, y la echó al contenedor.

Llegó la noche y fue a cepillarse los dientes. Kashomy levantó la cabeza para verse y en el espejo vio a su muñeca. Consumida por el pánico fue a su cuarto.

Y... ¡ Dios mio! la vio en la cama. Tras aquella horrible aparición, bajó a la cocina casi sin aliento, y de repente sintió un golpe atroz en la frente.

Kashomy se había caído de la cama. Sólo ha sido una horrible pesadilla pensó y respiró tranquila.

Su madre empezó a llamarla para cenar y mientras bajaba con sus muletas iba llorando, aún aterrorizada por el sueño.

Kashomy bajó y se fue directamente al salón a ver la televisión,mientras su madre estaba poniendo la mesa,pero...

Pensaba que sus ojos volvían a engañarla, porque allí estaba su muñeca otra vez andando por el pasillo...No puede ser, repetía y repetía en su mente.

Los ojos de la muñeca desprendían un brillo sobrenatural, capaz de aterrorizar a cualquier ser humano.

La muñeca estaba cada vez más cerca,más cerca, más cerca.

Kashomy no podía ni respirar. Estaba paralizada, no podía apartar su vista de aquellos ojos...

Entonces la risa diabólica de la muñeca le despertó de su trance y decidió lanzarle cojines,pero le atravesaban y su esfuerzo por vencerla no tuvo sus frutos.

Tres segundos más tarde a Kashomy se le ocurrió una idea genial lanzarle un jarrón.

Pero de repente todo se puso blanco, hasta la piel de Kashomy.

Entonces la muñeca viviente le dijo:

-¡Apártate de mi vista!

La niña se fue a su cuarto temblando, su corazón latía y latía sin parar. Kashomy puso el armario,el zapatero,la cómoda,la cama detrás de la puerta...

Pensó que así no podría pasar. Pero la muñeca traspasó todo lo que puso. Kashomy sabía que no podría hacer nada para pararla.

La niña poseída por los ojos de la muñeca viviente, se lanzó por la ventana y se despidió de sus padres gritándoles:

-¡Hasta nunca!

La vecina de en frente la vio y llamó a una ambulancia y a la policía. La muñeca estaba asomada riéndose.

Al día siguiente Kashomy estaba en el hospital ,la enfermera le trajo su desayuno,la máquina para divertirse y una muñeca metida en una caja.

Kashomy pensó:

- No puede ser ella...Llena de pánico sin abrirla tiró la caja a la papelera.

En cuanto se comió el desayuno,empezó a jugar. Muchos de la familia de Kashomy fueron a visitarla y luego se acostó.

A mitad de la noche, la muñeca consiguió salir de la caja y ésta desconectó el aparato que mantenía con vida a la dulce Kashomy. Inexplicablemente para sus padres Kashomy murió.

Pasado un año,los padres de Kashomy cansados de oír y vivir extraños sucesos en su casa, después de la muerte de su hija,decidieron mudarse.

Al año siguiente, en noche de Halloween Paul y su pandilla tocaron a la vieja casa de los Müller y la diabólica muñeca abrió.

Paul que era el más valiente de la pandilla entró y los demás se fueron. El niño desapareció, pero sus amigos y los chic@s del lugar siguen recordando este extraño suceso cada 31 de noviembre.

Aún en aquel viejo caseron se siguen escuchando ruidos paranormales ¿Será la muñeca de Kashomy? Nadie lo sabe.

Y así acaba la historia de la misteriosa muñeca viviente.

Feliz....

¡Halloween!